I
una voz resplandeciente
desde el lago Epuyen
la corriente mueve los suspiros
desterrados
el agua se lleva consigo los nudos
y devuelve fresco
para rejuvenecer la piel
II
veo el sol proyectado sobre tu piel
desvelada
al descuido del rayo
ya no te importa disecarte
ahora, los sabores son más fuertes
y te agradan más
de niño llorabas por la sequedad de las piedras
ahora sos una piedra más
con punta afilada
para defender el espacio de tu agua
III
un yo se esconde en cada
eco de ola
el volcán hace reverberancia
de tu presente
te bañás en el lago y
tu voz se funde con el golpeteo
la metáfora de cambiar
el día se pasa
la arena nos apropia el cuerpo la casa
ya no importa
frente a la inmensidad manantial
lo que te diga la voz
IV
Epuyen, amor
callá ese ego y contemplá
escuhemos desde la sangre
cómo los líquidos más íntimos
los escondidos
que tocamos con la piel
y las olas
retorciendo todo
juntos van a llenar
la esperanza del más auténtico
oxígeno
silencio
V
cierro los ojos y espero
con el deslizar del calor
que proyecto tactilar
él desnudo se hace huella
la mente imagina en ese recorrido
y espero
llegar a sentir lo suave de tu sangre
VI
mi cuerpo
desmaterializado
frente al agua que corre
frente a la sangre que choca
VII
un suspiro tuyo en un recuerdo germinado
que se pierde
las olas son más fuertes que cualquier amor, amor
Inspirados versos. Con un comienzo vital.
ResponderEliminarMe dejaste algo para pensar. ¿Será la perdida de algo emocional, que quede en el pasado, el precio de ese rejuvenecimiento que otorga el río?
Un abrazo.