martes, 27 de agosto de 2019

1
me gusta la poesía
porque tiene algo
de lo cotidiano
pensar sobre lo que pienso
un masaje a las venas colapsadas
buscar lo perdido
registrar lo que se desvanece
me gusta el claroscuro que se forma en la piel
me gusta ver las sombras del movimiento
un pez en la voz
me pasaría horas mirando
tu panza siento que hay
un tesoro escondido
me pierdo en los brillos
necesito escarbar
si pudiera
me pasaría horas
imaginando, un acuario
una ciudad perdida
el dorado
un camino que se abre para
que entren mis huesos
una escena verde musgo
nos veo como anfibios
aletas
viscosas
que dejan
marcado el lugar
atlantis en tu cuerpo
la suavidad de la transpiración
los huecos que forman
los volúmenes de nuestro cuerpo
se rellenan
uno con el espacio
que deja tu curva
lo mínimo para
tocarse sin decir
lo mínimo para
entender
que tocarse no significa nada
y todo si lo que encuentro en tu piel
son los brillos del agua
si alguna vez te detuviste
a mirar cómo se mueven
las hojas de un árbol
esas que son
amarillas y chiquitas
que el sol hace
que se vean
en el centro de Plaza Rocha
son sombras sutiles
que me vuelan en los ojos
que se conectan se mezclan
son manchas pero tienen forma
son como flores
son hermosas
me resultan hermosas sus sombras
casi hermosas como soñar sola
te imaginás dormir conmigo?

2
respirar y bajar
hacer dulce con los duraznos marchitos
disfrutar en la mañana
refrescar los pies
caminar para abandonar el peso
subir la montaña
ver nacer el agua
fluir lo congelado
resistir la sequía
galopar los labios
atar la fruta
la herida es una estrella
si hay cuerpo hay energía
motor de movimiento
todavía tengo la cicatriz
diseccionar
la piel para investigar
ancestras
árboles con nombre consuelo
ramas rotas
ver las estrellas y guardarlas en un espejo
dentro de una montaña se esconden
todas las tristezas
pasar un verano de campamento para
llorar el barro, de pronto se vuelve piel
dónde están las piedras que nos salvan?
y dónde el agua que nos dice cómo caminar?

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