miércoles, 17 de abril de 2019

film nro 53

una selva amazónica infinita
sucesión de planos plenos
en un río pacífico
una playa
pies regocijando oxígeno

la piedra que elegimos juntos hace sapito
como 10 veces
como las 10 veces que lo hicimos

la intensidad se pierde cuando se aleja
rever del agua que corre y se expande
y nos volvemos a mirar
el sol como nuestra piel se vuelve verde
algas de estar pegados por la humedad
el río sigue con sus olas suaves que suenan en primer plano
a recuerdo de vacaciones en la montaña
la escena se vuelve un volcán precalentado de tensiones

-qué ganas de bollos este horno
-qué?
-nada. pero qué lindo el sapito cuando sale bien

travelling in sobre ese reflejo de soledad
zoom out enfermo
como eso que hizo Tarantino en Django, como eso que te hago siempre
como cada vez que lloramos
ya nos sacamos las ropas
tu mallita amarilla de todos los tiempos
y mis lunares que te caminan los ojos
poco a poco
movimiento relativo: yo chapoteo, vos te rascás la entrepierna
mirar el horizonte de este río verde
hacer diez pasos​ hasta sumergir la cadera
respirar
cerrar ojos y nariz
ahogarnos juntos en este paisaje
que nos extiende el cuerpo

que nadie se entere que​ todo es mentira
nunca existió el paisaje el vínculo
la nieve siempre tapó todo
todo un manto blanco que esconde
que imaginamos los ciprés y siempre lo hicimos de a muchos
el bosque es nuestro pero dura un suspenso de pies empinados
espinas en los ojos torrenciales
también
recreamos
la defensiva
recreamos un instinto
que no conocemos
todo es mentira bebé
pero si querés traemos el bosque acá
al dpto de siempre
acá a la ventana
y nos fumamos un puchito con él
y me quedo con alguna de sus hojitas
y después lloramos mientras lo abrazamos
la partecita por el todo tan imposible que lo hacemos verdad y nos duele en serio

esto va ser un film
-ninguno acabó
un bosque medio seco se desparrama por nuestros cuerpos
poco a poco nos limitamos las migajas de habernos poseído
-no siempre se trata de acabar
una a una se humedecen las heridas
los ojos rotos la espalda sin curvas
-ya lo ví todo, lo que no quería
el polvo araucanizado me desvela el sol de mañana que no va a poder ser
acá estamos frente al río
y las almas se nos van yendo de las manos

se besan con los besos de la poesía
se detienen siempre en la espalda
ahí donde la lengua del decir no llega
se desangran lutos
las llamas esperan por desmemoriar
la poesía encuentra siempre
el cuerpo donde rebalsar y acabar

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