develo el paisaje de los cuerpos
ese que
a veces implora sanar
el símbolo por el acto
ese instante en que
la piel logra despedirse
en un roce que dice
chau como nunca
es impregnación de lo suave
que nunca antes
nunca más
guardada como llanto
en pañuelitos descartables
es escuchar una melodía con
la tecla perfecta para
separar continentes
de
tanta cuarteada de corazón
el cuerpo hecho tierra
sin hermana ni patria
a la succión de
un otro movimiento de placas
tectonia de sentimientos
que tapamos de tsunamis
con ojos anfibios
qué saben del sol?
las piedras que caen
por erosión desde el
corazón acuático
a la crema de tu piel blanca
forman tres colores en
el paisaje de hoy:
escama oxidada
cordillera seca de mar
y un cielo despedido
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